Innovaciones escatalógicas

Innovaciones escatalógicas

Innovaciones escatalógicas

En todas mis charlas con jóvenes, utilizo siempre el término friki. ‘Friki’, para mí, está lejos de la connotación tradicional que se entiende, yo lo definiría como un trasgresor valiente, que va contracorriente, que no teme al riesgo, que se lanza, le echa narices (por no decir otra cosa) y en cualquier acontecimiento ve una oportunidad.

«Un francés ha inventado una píldora que provoca que las molestas ventosidades huelan ni más ni menos que a chocolate…»

En la jungla económica que impera actualmente, diferenciarse es cada vez más difícil. Bien pensado, lo que vende una empresa podría venderlo otra de las que se anuncian en las páginas amarillas o en Internet, esté en Singapur (como Peter Lim) o en las Antípodas (como más de un político en este país). Si tienes una idea original, tus competidores la copiarán en unas dos o tres semanas. Con más de 3.000 millones de personas tratando de construir vidas y sociedades similares a la nuestra, las presiones competitivas están llegando a su punto de ebullición. Y sólo hay una salida, y es sumamente sencilla: es preciso hacer algo distinto….

Hacer algo que el mundo no haya visto antes. Innovar para, durante un corto espacio, llegar a tiempo, ser único y resultar altamente competitivo. Hoy, la diferenciación ha de surgir de otros campos, por ejemplo de la garantía, de el servicio posventa, de la imagen, de la oferta de financiación y de aspectos intelectuales e intangibles. Y, por supuesto, en la gente. La gente puede hacer que su empresa, su producto y su servicio sean una opción única. La forma en que dirige y orienta a su equipo, su trabajo, es clave a la hora de lograr o no buenos resultados.

Hay otras fuerzas o palancas que impulsan hoy los productos o servicios. Me sorprende cómo cada vez se acude más a la venta a través de la extravagancia, o la típica frase del «no podemos creer que lo hayan inventado». En estos días de las pasadas navidades he estado viendo en el mercado productos muy diferentes y dispuestos a gente pá tó.

Uno de ellos y que ya se comercializa son unas cápsulas para defecar con purpurina de colores. El producto consiste en unas pastillas rellenas de purpurina que producen defecaciones brillantes. Las reacciones no se han hecho esperar. «Han convertido la caca en puro glamour«, señala un experto en moda. Existe una versión aún más glamourosa de ir al baño. Son las mismas cápsulas, pero rellenas de purpurina de oro. Tienen un precio de 425 dólares (350 euros) y te permiten dar de vientre como el mismísimo Tywin Lannister de Juego de Tronos, que era tan rico que defecaba oro.

En la cuna de los perfumes también se ha producido un invento que podría solucionar un problema que se remonta al inicio de la humanidad. En Francia un inventor de 65 años ha inventado una píldora que provoca que las molestas ventosidades huelan ni más ni menos que a chocolate. Estas pastillas están realizadas con auténtico cacao aunque en la gama que comercializa también las hay que hacen que las flatulencias huelan a rosas o incluso violetas.

El francés vende las píldoras a través de la web a un precio de 10 euros por 60 de estas pastillas ‘milagrosas’. Según asegura, éstas no sólo disimulan el olor sino que también reduce los gases y la distensión abdominal. También tiene productos para perros.

Innovaciones escatalógicas

2 Respuestas a “Innovaciones escatalógicas

  1. Lo que me parece surrealista, que medio mundo se muera de hambre, otros por carencias de aguas cristalinas, otros por que no tienen sistema sanitario y los demás mueren siendo las victimas inocentes de guerras organizadas, ya sean por fanatismos fundamentalistas o por apoderarse de la riqueza del subsuelo, ya sea minerales , crudos, gas etc.
    Es demencial que el colorear las defecaciones, o perfumar nuestros gases, tengan aceptación entre personas que compren estos productos, que quizás con el tiempo sea perjudicial para su salud y quizás, no tengan ni un gesto caritativo ante un mendigo.

    Entre tod@s estamos construyendo un mundo vacío, carentes de valores que nos dignifica como personas de bien, sin distinciones de clases sociales, ni de status económicos… es una frustración para los millones de personas que creemos que hay otras prioridades en bien de la humanidad… porque al fin y al cabo , la purpurina de tus heces y el olor de tus flatulencias , no dejan de ser diferentes que las de otra persona que no lo use. En vez de analizar, del por qué, el color y el olor, depende de una buena alimentación natural, y una dieta equilibrada para nuestra salud… ¡¡¡ sigan comprando capsulitas de colores, no importa si están podridos por dentro, porque su caquita y sus ventosidades, flipan en colores, o dejan un rastro de fragancias…!!!

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