El presidente François Hollande dispone, tras las legislativas del domingo, de amplios poderes para aplicar su programa de gobierno en Francia y de un fuerte respaldo electoral para defender en la Unión Europea sus propuestas contra la crisis.
Los socialistas, que obtuvieron la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, tienen ahora el poder ejecutivo, mayoría en las dos cámaras del Parlamento y administran casi todas las regiones y grandes ciudades de Francia.
«Cuarenta días después de haber confiado las llaves del Elíseo a François Hollande, los franceses le dieron todos los medios de ejercer el poder», escribió el lunes el diario económico Les Echos.
El diario Libération evocó en su editorial una «hipermayoría», recalcando que «la izquierda está en posición más que hegemónica, con absolutamente todos los poderes».
Tras recalcar también los «plenos poderes» de que dispone Hollande, el diario Le Monde estimó que el presidente «tiene una responsabilidad histórica ante Europa».
Las responsabilidades que pesan sobre Hollande «son inmensas. Lo son con respecto al pueblo francés, por supuesto, pero lo son, también y sobre todo, respecto a los pueblos europeos», escribió el editorialista del diario en primera plana, señalando que «reconstruir Europa creando dentro de la zona euro una nueva dinámica, no será fácil» para el presidente socialista «en un club dominado por los conservadores».
Pese a la dificultad, Hollande afronta con una posición reforzada las discusiones europeas que le esperan, en las que aboga por un mayor estímulo al crecimiento y complicadas cada vez más por la crisis de la deuda.
El presidente francés propuso a los otros países europeos una serie de medidas para fomentar el crecimiento, evaluadas en 120.000 millones de euros.
Hollande reanuda las discusiones internacionales inmediatamente, trasladándose el lunes a Los Cabos (México) para participar en la cumbre del G20, en la que la crisis de la Eurozona será el tema predominante, tras lo cual irá a Río de Janeiro, y proseguirá inmediatamente las discusiones con dirigentes europeos para preparar la cumbre europea de los días 28 y 29 de junio.
Tras conocerse los resultados de las elecciones en Grecia, ganadas por el partido conservador Nueva Democracia, el ministro francés de Finanzas Pierre Moscovici afirmó el domingo por la noche que Francia considera que hay que acompañar «a los griegos hacia el crecimiento».
«Pienso que en las semanas próximas se juega el futuro de Europa», afirmó Moscovici.
En la derecha, criticada a lo largo de todo el periodo electoral por su derechización y por la adopción de temas tradicionales de la extrema derecha, la batalla de jefes se lanza por la sucesión del liderazgo dejado vacante por Nicolas Sarkozy, que se disputan, entre otros, el jefe del partido UMP, Jean-François Copé, y el ex primer ministro François Fillon.
La «deriva derechista» de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) «ha fracasado», afirmó el ex primer ministro Jean-Pierre Raffarin.
Tras «tomar nota de la victoria» de la izquierda, Copé exhortó inmediatamente a la unidad de su campo y advirtió sobre los peligros de las «querellas entre personas» en el partido.
Por su parte, el ex canciller Alain Juppé, otra de las figuras de la UMP, estimó «necesaria una reflexión de fondo» sobre los «valores» y «el proyecto común» del partido conservador.
En las legislativas del domingo, el Partido Socialista y las formaciones afines a él obtuvieron la mayoría absoluta, con 314 de los 577 escaños. A lo que hay que agregar 17 escaños obtenidos por los ecologistas, sus aliados en el gobierno. Por su parte, la izquierda radical obtuvo 10 escaños.
La UMP y sus aliados obtuvieron 229 escaños. El Frente Nacional (extrema derecha) dos.
El primer ministro Jean-Marc Ayrault presentó el lunes, como es tradición tras las legislativas, la dimisión de su gobierno al presidente Hollande, que lo volvió a nombrar primer ministro.
Se espera que la composición del nuevo gabinete se anuncie el jueves, tras el regreso de Hollande de las cumbres del G20 y de Rio+20, pero no será importante, ya que los 25 ministros del gobierno de Ayrault que se presentaron a las legislativas salieron electos.
