Debido a que los diferenciales están por muy por encima de lo que realmente marca el euríbor
La rebaja del tipo de interés al 0,75% que ha llevado a cabo jueves el Banco Central Europeo (BCE) lleva aparejada una rebaja del euríbor, el principal índice al que quedan referenciados los préstamos hipotecarios. Millones de familias que revisan estos meses de verano verán sustancialmente reducidas las cuotas a pagar hasta la próxima revisión semestral o anual. En cambio, para aquellos que acudan a una entidad financiera a solicitar un crédito para comprar una vivienda o lo hagan para renegociar las cláusulas del préstamo cuyas amortizaciones resultan inviables, se toparán con unas condiciones ciertamente abusivas, con unos diferenciales que se irán claramente por encima del 2%, un margen con el que las entidades se cubren las espaldas.
Desde el punto de vista de la concesión de créditos, la bajada del tipo de interés, primero, y del euríbor, después, no parece que, dadas esas condiciones, se vaya a reactivar. Todo lo contrario. Sólo se concederán a aquellos clientes que tengan acreditada una solvencia manifiesta. Y luego está el polémico suelo hipotecario, esa cláusula que fija un tipo de interés mínimo al margen de la tasa real que marque el euríbor. Algunas entidades, apoyadas en una orden ministerial de transparencia bancaria del pasado mes de octubre que legitima su inclusión en los contratos, han vuelto a recuperarlo para contrarrestar el ínfimo valor del índice, y seguramente lo vuelvan a aplicar con más relevancia a partir de la próxima semana.
El aumento de los diferenciales empezó a apreciarse de forma significativa durante el pasado otoño, con el objetivo de blindarse ante las nuevas bajadas de tipos y del euríbor, como así ha ocurrido, e impidiendo a los hipotecados beneficiarse de esas bajadas. El incremento de estos diferenciales no supone hoy un problema aparente, pero puede convertirse en una auténtica bomba de relojería cuando dentro de unos años suban los tipos de interés, y vuelvan a situarse por encima del 5% o más, como estaban hace tan solo cuatro años. Si se contrata hoy una hipoteca al 3,5% y el euríbor, pongamos el caso, sube al 5,5%, el tipo de interés de ese crédito superaría el 7%, incrementándose la cuota mensual en unos 400 euros, de 650 a más de 1.000 euros, un 60% más cara.
