CUADERNOS DIDÁCTICOS DE LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA: PRÉSTAMOS EN LA ESPAÑA DE HOY Y EN LA ESPAÑA DE MAÑANA

cuaderno

(PARA LEERLOS A LOS NIÑOS A FIN DE QUE PUEDAN ATESORAR UNA LIBERTAD INEXPUGNABLE Y DURADERA DENTRO DE SUS PEQUEÑAS ALMAS Y EXPLICARLOS A ABUELAS, PADRES, INCRÉDULOS Y GENTE QUE AÚN SE CREE LO QUE LE DICE EL TELEDIARIO Y QUE NECESITAMOS QUE SE VENGA CON NOSOTROS)

CUADERNO PRIMERO: BANCOS Y PRÉSTAMOS

(Economistas: Perdonadme. Ya sé que esto es una simplificación, pero así tiene que ser para que se entienda).

 1. TROZO UNO: UN PRÉSTAMO EN LA ESPAÑA DE HOY

Juan López vive en la desafortunada, triste y humillada España de nuestros días y necesita un crédito. Acude a un sitio llamado “banco” (institución privada cuya finalidad es el enriquecimiento de sus propietarios), firma unos papeles y sale muy contento porque ha recibido 100.000 euros. Tendrá que devolver  160.000 pero lo acepta porque son las reglas del juego.

Los 60.000 euros de beneficio el Banco los dedica en una parte a pagar sus propios gastos y en parte a inversiones para hacerse más rico, algo perfectamente legítimo y nada discutido en la sociedad capitalista. Para ello, el banco presta dinero no sólo a Juan Pérez sino también al Estado comprando deuda pública por la que cobra el seis por ciento de intereses. Ese seis por ciento puede transformarse en un siete, ocho o nueve sólo debido a que una entidad de calificación (institución privada cuya finalidad es el enriquecimiento de sus propietarios) publique sus dudas sobre la capacidad del país para devolver los préstamos recibidos, es decir, para pagar lo que llaman deuda soberana.

El Gobierno paga los intereses del crédito (deuda pública) con el dinero que le dan Juan Pérez y otros mediante sus impuestos. Así que como las entidades de calificación (instituciones privadas cuya finalidad es el enriquecimiento de sus propietarios) le dan al pico (al de hablar, no al de picar, que eso no va con ellos) y los intereses de la deuda suben, a Juan Pérez le suben también los impuestos para que el Estado pueda pagar el préstamo. Como estas medidas hacen que la economía se resienta, las entidades de calificación (instituciones privadas cuya finalidad es el enriquecimiento de sus propietarios) insisten en que el país va mal y tendrá problemas para pagar la deuda, por lo que  los intereses de dicha deuda se ponen tan altos que los impuestos empiezan a no ser suficientes y el Gobierno vuele a subirlos y además se pone a suprimir gastos en servicios públicos y privatiza algunos, de manera que Juan Pérez ya no se puede poner enfermo, porque los nuevos hospitales privatizados no lo atenderán sin dinero o lo atenderán poco y mal al regirse por criterios económicos (Hospital privado: institución privada cuya finalidad es el enriquecimiento de sus propietarios). Juan Pérez tiene una tienda de electrodomésticos y ya le han dejado a deber tres lavadoras y dos frigoríficos, pero no puede reclamar el pago por el efecto disuasorio de la tasa judicial, ya que el Ministro (institución privada cuya finalidad es el enriquecimiento de sus propietarios, es decir, los bancos y otros iguales que ellos)   ha pensado que la mejor manera de modernizar y agilizar la justicia es que no haya justicia.

Todo lo que el Gobierno ahorra con estas medidas va a pagar los intereses de la deuda, es decir, a que los grandes accionistas de los bancos, en vez de ser propietarios cada uno trescientos mil millones de euros (que no podrá gastar aunque tuvieran mil vidas), sean propietarios de setecientos cincuenta mil (que no podrá gastar aunque tuvieran dos mil vidas).

¿Quién es el culpable de esta situación que tanto perjudica a Juan Pérez? Juan Pérez. Es Juan Pérez el que proporciona al banco los recursos económicos que le permiten comprar deuda del Estado a cambio de intereses de usura. Son los ahorros de Juan Pérez lo que proporciona al banco la liquidez precisa para reducir a Juan Pérez a estado de esclavitud. La sustancia vital que el banco utiliza para transformar a Juan Pérez en un desgraciado, el dinero, se la ha proporcionado el mismo Juan Pérez. Todo el cansancio, toda la falta de sueño, toda la ausencia de tiempo libre, todas las privaciones que supera Juan Perez para poder ahorrar, todo eso lo da devotamente al banco para que éste pueda reducirlo a la categoría de máquina productiva sin alma.

Claro que los bancos en tiempos recientes también manejan otros recursos: Reciben prestamos del Banco Central Europeo al uno por ciento y con ese dinero compran deuda pública del Estado al seis por ciento, con lo que ganan un cinco por ciento sin despeinarse y sin riesgo.

Esta maravillosa y dulcísima situación los tiene tan felices que ya no necesitan meterse a la sórdida aventura de dar préstamos a los españoles, con lo poco fiables que son. Así que deciden no meterse en tontas aventuras de principiante y no prestar más dinero a Juan Pérez  y la gente de su calaña. Esto es una pena porque Juan Pérez tiene un hijo llamado Juanito Pérez, que estudió ingeniería y quería montar un negocio de energía solar, pero para ello necesita un crédito que el banco le niega. Así que Juanito en lugar de fundar una empresa se apunta al paro.

La caída de la actividad económica derivada de la ausencia de crédito bancario paraliza el país y provoca cierre de empresas, incremento del desempleo, bajada de recaudación de impuestos, crisis de la caja de la Seguridad Social, peligro inminente para los jubilados de quedarse pasando la mano por la pared y quiebra general de todo el sistema. Para compensar esta situación, el Gobierno (institución privada cuya finalidad es el enriquecimiento de sus propietarios, es decir, bancos y otros como ellos) lo único que hace es volver a subir los impuestos y volver a recortar los servicios públicos, suprimiendo proyectos de investigación científica y limitando las cosas que se pueden hacer en la escuela, a ver si por esa vía se puede generar por fin y para siempre un país de burros.

Pero esto es ya demasiado para Juan Pérez, que se ve obligado a cerrar su negocio y abocado a soluciones en las que nunca había pensado, como robar, suicidarse, pedir. en la calle o vender su propio plasma sanguíneo.

A todo esto, los bancos (instituciones privadas cuya finalidad es el enriquecimiento de sus propietarios) dicen al Gobierno (institución privada cuya finalidad es el enriquecimiento de sus propietarios, es decir, bancos y otros como ellos), que se han quedado sin reservas, por lo que el Gobierno (institución privada cuya finalidad es el enriquecimiento de sus propietarios, es decir, bancos y otros como ellos) se las arregla para sacar una parte de los impuestos pagados por Juan Pérez y se lo da a los bancos (institución privada cuya finalidad es el enriquecimiento de sus propietarios) a fin de que éstos puedan tener más reservas con las que comprar más deuda pública del Estado y de esta manera poner a todo un país de rodillas a base de subidas de impuestos, recortes y privatización de servicios públicos para que éstos sean explotados por empresas privadas ((instituciones privadas cuya finalidad es el enriquecimiento de sus propietarios). A ésta última fórmula el Gobierno (institución privada cuya finalidad es el enriquecimiento de sus propietarios, es decir, bancos y otros como ellos) le llama racionalizar y modernizar la prestación de servicios públicos.

Además de esto, el Gobierno (institución privada cuya finalidad es el enriquecimiento de sus propietarios, es decir, bancos y otros como ellos) privatiza las cajas de ahorros, que eran unas instituciones financieras públicas que tenían prohibido repartir beneficios y que con sus ganancias hacían obras sociales. El Gobierno (institución privada cuya finalidad es el enriquecimiento de sus propietarios, es decir, bancos y otros como ellos) decide que este mecanismo está anticuado y le da las cajas de ahorro a los bancos para que puedan ganar aún más dinero y sobre todo para que cese de una vez por todas el mecanismo perverso de que los beneficios de las cajas se inviertan en obras sociales en beneficio de la comunidad, en lugar de que se inviertan para que los accionistas se hagan aún más ricos de lo que ya son.

 2. TROZO DOS: UN PRÉSTAMO EN LA ESPAÑA DE MAÑANA

Justamente cuando se disponía a cortarse las venas con un cuchillo jamonero, a Juan Pérez le dicen que en España se ha instaurado la democracia y no lo entiende porque él creía que desde la muerte de Franco ya había… Pero da igual. Tira a un lado el cuchillo y decide no suicidarse de momento porque también le han dicho que el nuevo Gobierno democrático (institución pública que vela por los intereses de los ciudadanos que lo han puesto ahí) ha fundado una cosa de la que Juan Pérez nunca había oído hablar, llamada Banca Pública.

-¿Y eso qué es? -pregunta.

Un vecino con una pegatina que dice Viva la Revolución Española, le aconseja que en vez de preguntar vaya a abrirse una cuenta en el nuevo Banco del Estado (entidad pública cuya finalidad es el servicio público y el bienestar de la comunidad). En seguida lo hace y pide un crédito de otros cien mil euros y su hijo Juanito otros cien mil para su proyecto de energía solar.

La primera sorpresa es que se los dan. La segunda, que en vez de devolver 160.000 euros, tendrán que devolver sólo 110.000. El motivo, según les dicen, es que el nuevo Banco del Estado (entidad pública cuya finalidad es el servicio público y el bienestar de la comunidad), al ser de todos y no perseguir el lucro, no tiene necesidad de cobrar intereses elevados. Al contrario, lo que interesa es que se den muchos créditos para muchos proyectos,  que se formen muchas empresas con muchos empleados y que todo el mundo sea feliz.

El presidente del nuevo Gobierno democrático (institución pública que vela por los intereses de los ciudadanos que lo han puesto ahí) le dice al director del nuevo banco público (entidad pública cuya finalidad es el servicio público y el bienestar de la comunidad):

-Oye nene, para cubrir el déficit necesito que me compres deuda pública.

Y el director del banco le pregunta:

-¿A qué interés te parecería que…?

-A interés cero -le dice el Presidente.

-¿Cero…?

-Cero.

-Sí, claro… cero -concluye el director del banco.

De pronto, como todos los españoles han sacado sus fondos de los bancos privados (institución privada cuya finalidad es el enriquecimiento de sus propietarios) y los han ingresado en el nuevo banco público (entidad pública cuya finalidad es el servicio público y el bienestar de la comunidad), éste último maneja tanto dinero que lo puede prestar al Estado sin intereses. Como el Estado no se ve obligado a pagar intereses por la deuda, se produce una rápida bajada de impuestos, la desaparición de las tasas judiciales, la reversión de los hospitales al ámbito público y la restauración de todos los servicios. A los maestros les permiten otra vez enseñar, a los médicos curar y a los jueces juzgar.

Un día Juan Pérez va a Huelva a visitar a una cuñada y se encuentra de pronto con una autovía

-Huy… ¿Y eso?

-La ha construido el Gobierno democrático (institución pública que vela por los intereses de los ciudadanos que lo han puesto ahí) sin financiación externa, sin fondos europeos y sin nada. Con un préstamo del Banco Público -le dice su vecino, que va con él y parece estar enterado de todo.

Juan Pérez se siente orgulloso de que el resultado de su esfuerzo, de su sacrificio y de sus ahorros redunde en el beneficio de la comunidad a la que pertenece.

Otro día empieza a ver que los bajos comerciales que antes ocupaban los bancos se han quedado vacíos o están ocupados por librerías o cafeterías de un estilo muy agradable donde la gente habla y discute amablemente.

-Son los locales abandonados por los bancos -le dice su vecino listo-. Todos quebraron por falta de negocio o han emigrado. Los bancos privados son algo que pertenece al pasado.

-¿Y las entidades de calificación qué dicen de todo esto?

-Pues… se han pasado tres semanas publicando declaraciones de que España no es solvente, que no podrá devolver la deuda y que no hay quien se fíe de nosotros.

-¿Y entonces? ¿No ha pasado nada malo, como antes?

-Sí que ha pasado. El Gobierno (institución pública que vela por los intereses de los ciudadanos que lo han puesto ahí) ha publicado una nota que dice:

“Ante las crecientes noticias procedentes de las agencias de calificación y esparcidas por medios económicos de que España no es un país solvente y que su economía no será capaz de devolver la deuda, el Gobierno desea dejar constancia de lo siguiente:

  PRIMERO.-  Que lo que digan las agencias de calificación le entra por aquí y le sale por allí.

  SEGUNDO.- Que pueden coger sus calificaciones, sus informes, sus primas de riesgo y sus cuentos y hacer con ellos una fogata a fin de calentarse en invierno o bien dedicarlos a envolver bocadillos.

  TERCERO.- Que pueden seguir emitiendo todos los informes y dando todas las calificaciones que quieran, pero que sepan que los dejamos hablando solos porque no tenemos tiempo de imbecilidades ya que estamos trabajando por nuestros ciudadanos”.

Juan Pérez,  mira al cielo y piensa que en este mismo momento ese sol está siendo transformado por su hijo Juanito en energía limpia y no contaminante. Lo hace con la ayuda de los diez trabajadores que ha contratado y que gracias a ello pueden alimentar a sus familias y acudir a su tienda a comprar electrodomésticos.

“La vida puede ser hermosa”, piensa Juan Pérez, y entonces le entra gana de celebrarlo y en su mente, por un extraño capricho del destino, se forma la idea de un jamón. Inmediatamente decide comprar uno.

-¿Dónde habré tirado el cuchillo jamonero? -se pregunta.

3. TROZO TRES: A MODO DE CONCLUSIÓN:

No sé si habéis visto una película de Fellini llamada Julieta de los espíritus. La recomiendo. Retrata una situación de neurosis que ocupa casi todo el metraje, hasta que Julieta se libra de sus fantasmas y le llegan la calma, la armonía y el equilibrio. Es Increíble cómo consigue Fellini transmitirnos el sentimiento de tranquilidad con los mismos fondos y los mismos personajes con los que antes nos transmitía la neurosis.

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  Cuando hayamos terminado nuestro trabajo, miraremos atrás y nos sentiremos como esta Julieta de Fellini. Todo lo vivido nos parecerá neurosis, un mundo pasado para olvidar, un apéndice tumefacto y podrido del que nos desprenderemos para no volver a recordarlo nunca más.

(Y eso que no me he metido con el depósito fraccionario. Eso sí que es divertido).

Artículo 40 apartado 4 de la nueva Constitución reformada:

Uno de los pilares de la vida económica del Estado es la Banca Nacional, que se creará para impulsar la economía y garantizar la financiación de las economías tanto familiares como empresariales

Firma el MANIFIESTO 2012 POR UNA DEMOCRACIA AUTÉNTICA EN NUESTRO PAÍS

José Ortega

abogado    abogadodelmar@gmail.com

nisir.wordpress.com

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