Para superar sin contratiempos la crisis son imprescindibles indicadores fiables y relevantes sobre la situación económica, política y social mundial. Sin embargo, en la actual etapa de profunda remodelación del mundo, los que utilizan los gobiernos y las empresas son en el mejor de los casos inútiles y en el peor nefasto. Es por ello que nuestro equipo decidió en este número del GEAB detallar los indicadores que reflejan la situación real y cuales son engañosos. Este trabajo también permite resaltar que no son siempre los indicadores en si los que están distorsionados sino el modo en el que se los interpretan o la determinación de la causas de su dinámica.
En un mundo donde circulan « activos fantasmas » o deudas incobrables, así como oscuros productos derivados o sin valor, las finanzas están cada vez más desconectadas de la realidad lo cual hace que los indicadores financieros (particularmente las cotizaciones bursátiles) deban interpretarse con mucha cautela, como veremos más adelante. De igual forma se debe proceder con el culebrón diario « la vida de la economía » que nos alienta unas veces con el anuncio de cifras « confiables » , con « sensaciones », y otras con los discursos de los bancos centrales… Pero no es en ese sentido que evolucionan los fundamentos, realidad no se modifica con el método de autosugestión de Coué, ella no es un problema psicológico. Esa información de corto plazo tiende más a ocultar los males profundos de la economía que a influir verdaderamente sobre la realidad, como pretenden, especialmente en este período de gran crisis.
En cuanto a la veracidad de las estadísticas, el método de cálculo de estas cifras ocasionalmente ha dejado de reflejar el verdadero panorama económico: esto sucede, por ejemplo, con cifras de desempleo, o de la inflación, dos aspectos claramente conectados a la realidad y que juegan en ella, con razón, un papel importante. Pero, como dice la expresión popular, « Si no queréis tener fiebre… romped el termómetro ». La cuestión es, entonces, descifrar las estadísticas para obtener una visión más clara, como lo haremos para Estados Unidos más adelante.
Además de las estadísticas que describen la economía real (empleo, consumo, volumen de comercio internacional, consumo de energía, etc.) y la parte de la virtual de la economía (desindustrialización, endeudamiento), es también interesante considerar la realidad social y política con indicadores que reflejen la pobreza, la demografía, los conflictos, el bloqueo político, etc …
Finalmente, es evidente que ciertos indicadores generales como el Producto Bruto Interno (PBI) o la cotización de las monedas deben considerarse pero teniendo presente que el primero puede ser dopado de manera artificial por la parte « virtual » de la economía (activos podridos de los bancos por ejemplo, o acciones de los bancos centrales) y el segundo temporalmente perturbado por la especulación aunque a largo plazo, reflejan el estado relativo de las economías de los diferentes países.
En resumen, se trata de mantener una mirada crítica sobre las estadísticas cotidianas que nos suministran. Aplicaremos a lo que sigue este criterio para el caso de Estados Unidos, principalmente porque la distorsión es más grotesca y para Europa en la que esta tarea diariamente la efectúa los medios de comunicación anglosajones.
Es más importante encontrar puntos de referencia adecuados y eliminar las ilusiones ya que estamos asistiendo a un cambio de paradigma del sistema que estableciera Estados Unidos, o en otras palabras, al colapso de mundo que había creado. En las últimas décadas, tuvo una posición única porque se situaba por encima de las reglas del juego mundial gracias a su preeminencia y al carácter imprescindible de su moneda: el USD. El cuestionamiento de esta ventaja lo fuerza a convertirse en un poder como otro. Esto requiere un ajuste considerable que remite, por ejemplo, al abismal déficit comercial, la desindustrialización o la deuda del país, con consecuencias enormes sobre su capacidad de influencia y sobre el nivel de vida de los estadounidenses.
Los países de la órbita estadounidense, principalmente el Reino Unido y Japón que están totalmente alineados con los principios del modelo económico estadounidense y que disfrutaban de los beneficios de la posición privilegiada del patrón también sufren. Europa, próxima a ese modelo económico, particularmente desde la caída del Muro de Berlín, pero cuyo proyecto de integración tenía como objetivo el aumentar la independencia de Estados Unidos, está en parte arrastrada por la vorágine aunque dispone de características estructurales que le proporcionan herramientas para librarse. Dicho esto, en el año 2013, además de las potencias occidentales, es el mundo entero el que va a bambolearse, incluso los nuevos poderes representados por el BRICS en los que emergen las burbujas provocadas por la inyección de dinero fácil de la FED en la economía estadounidense y mundial (1).
Por ejemplo, la situación europea está lejos de ser perfecta con un alto desempleo, un crecimiento lento o negativo y ahora una crisis política que socava la temprana confianza de los mercados en el EUR. Sin embargo, los países europeos no tienen que hacer un doloroso ajuste como Estados Unidos. En el caso de Eurolandia la necesaria adaptación, aunque lejos haber terminado, está ampliamente iniciada. Recordemos que según nuestro equipo, la Unión Europea no tiene futuro en su forma actual, bloqueando constantemente la dilación británica, minada por la expansión incontrolada en gran parte impulsada por Washington, paralizada por instituciones bruselenses escleróticas por añadidura sufre de un cruel déficit democrático. Una Eurolandia, potente, naturalmente integrada por la moneda común, flexible y libre de peso muerto, sería el nuevo motor que puede infundir la dinámica necesaria para resolver sus problemas; en este sentido, es la única solución para el futuro en este continente. Como se explica más adelante, estas dinámicas que, como lo anticipó el LEAP, ayudaron a campear el temporal que lo azotó en 2011-2012, son las que ahora que la crisis del Euro se convierte en una crisis política, permitirán vencer el gran desafío político de la integración europea: su democratización (democratización sin la cual no tendría, a pesar de todos sus ventajas, ningún futuro).
Finalmente, antes de presentar nuestras recomendaciones y GlobalEurometer, propondremos un análisis de la situación geopolítica en Corea, nuevo campo de batalla indirecto entre China y Estados Unidos.
Mercados financieros: un indicador que hay que leer al revés



Los números así disecados en el resto de este artículo son: el desempleo, las monedas, los bienes raíces, la balanza comercial y de consumo.
Notas:
(1) Fuente : Asia Times, 25/02/2013
(2) Lo que no es inevitablemente una buena noticia cuando se sabe lo que pasó la última vez que las bolsas alcanzaron estos niveles…
(3) Fuente: The Examiner, 21/02/2013.
(4) Fuente: Bloomberg, 01/03/2013.